El Espíritu Perdido, de Gwen De Bonneval y Matthieu Bonhomme.

Guillaume de Saunhac no acepta la muerte de su padre, cree que aún puede estar vivo. Cuando su madre se vuelve a casar, Guillaume saldrá a buscarlo en un largo viaje que le llevará hasta Tierras Lejanas. Un viaje iniciático que le cambiará para siempre. 

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  Me encanta el trabajo de Bonhomme. Adoro su serie de “El Marqués de Anaon”. Así que un nuevo trabajo suyo es una noticia estupenda para mí. En este caso se trata de un tomo de temática fantástico medieval en la que un joven debe recorrer el mundo real y el de los sueños en busca del alma de su difunto padre. Norma edita este magnífico tomo en un formato apaisado, en blanco y negro, que permite apreciar con detalle el magnífico dibujo del artista.

La verdad es que el trabajo gráfico hace lucir la historia, confusa en algunos momentos, brillante en ocasiones, y bastante animada durante la mayor parte del relato. Cuanto más fantástico se torna el relato, más fallido el resultado, a pesar del buen hacer de Bonhomme.

Tengo que destacar los paisajes nevados que dibuja el artista, que ya me impactaron en “El Marques de Anaon” y que en esta historia ganan en fuerza: estampas casi impresionistas, en las que apenas unos trazos y unas manchas de negro sobre el papel nos transportan a profundos bosques durante el crudo invierno.

 

En cualquier caso, es un cómic estupendo. Perfecto para regalar: la edición es muy detallada y se disfruta como una buena novela de fantasía. Una especie de “El Hobbit”, un cuento para todas las edades estupendamente realizado.

Por lo demás, una curiosidad que alegrará las estanterías de los seguidores de Bonhomme y de los coleccionistas en general, pero que gustará a todo el mundo.

 

Zombillenium. 1. Gretchen

Te atropellan. Mueres en el acto. Te resucitan un hombre lobo y un vampiro con sus mordeduras, con lo cual nadie sabe en qué te convertirás cuando vuelvas a la vida. ¿Qué otra cosa te queda más que entrar a trabajar en Zombillenium? Un parque de atracciones donde todo el equipo está compuesto por monstruos muertos vivientes. Los empleados de Zombillenium quedan contratados por toda la eternidad. ¿Y qué pretende Gretchen, la misteriosa y encantadora bruja becaria? Divertido como sólo Arthur de Pins puede hacerlo.

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Reconozco que esta vez me he dejado llevar por la publicidad.
Y es que tras ver éste trailer, ¿cómo podía resirtirme?

No podía. Así que me llevé “Zombillenium” corriendo a casa y tras leerlo con ganas, sonreí satisfecho. Al principio era reticente a dejarme llevar por el estilo digital de Arthur De Pins, pero una vez que empecé a leer, era suyo. Reconozco que el trabajo del artistas está ya muy lejos de sus primero trabajos. El acabado ahora me resulta mucho más atractivo y natural. Perfectamente podría tener enmarcadas algunas de sus viñetas en mi casa.

La historia también me ha sorprendido , ya que la imaginaba vacía y anecdótica (un mero pretexto para el lucimiento visual), pero me ha resultado divertida y llena de guiños. Mucho menos infantil de lo que yo me esperaba y alejada de otros conceptos “cómics de humor con monstruos”. Los personajes entran fácilmente en la vida del lector y le introducen con naturalidad en su mundo de no-muertos y demonios. Los chistes resultan graciosos y no están nada forzados, incluso los que pueden resultar más previsibles tienen cierta gracia. Es un humor para adultos sin caer en bajezas ni zafiedades, que dice mucho de De Pins como guionista.

Tengo que destacar tres personajes que son realmente encantadores: José, el zombie imitador de Michel Jackson en “Thriller”; el “Sindicato de Zombies” (no es un personaje, pero nos vale) en lucha por los derechos de los no-muertos; y Gretchen, la bruja que da título a este primer álbum de la serie. Gretchen cae bien desde el principio. Todo lector va querer una Gretchen en su vida de ahora en adelante. Athur De Pins ha acertado especialmente con este personaje, que fácilmente podría caer en los tópico de la cínica sabelotodo, y que uunque participe de ese rol, tiene una gran personalidad original en sus diálogos y sus comportamientos.

Al contrario de lo que pasa en otros títulos de BD, los acontecimientos no se atropellan unos a otros en las 48 páginas del álbum, si no que fluyen muy bien hasta el “cliffhanger” final. En lugar e saturar la primera historia, de presentación, con ingeniosas ideas, parece que éstas se irán desvelando en las próximas entregas. Esperemos que con ello no pierda fuelle.

“Zombillenium” es uno de estos cómics que se disfrutan de un tirón, divertidos, amenos, originales y bonitos. Uno de esos títulos perfectos para ser regalado tanto a lectores veteranos como ocasionales. Me alegra mucho haber picado con el anuncio.

American Vampire

UN NUEVO VAMPIRO PARA UN NUEVO SIGLOAstuto y despiadado como una serpiente de cascabel, Skinner Sweet tiene fama de ser terco e intratable. Es el primer vampiro concebido en tierra americana, pero no es la habitual criatura de la noche. Es más fuerte, más fiero y el sol renueva sus energías... Sweet es el primero de una nueva raza de chupasangres: el vampiro americano.

45 años después de alzarse de su tumba, Sweet se encuentra en Los Ángeles en los años 20, donde los jóvenes y bellos se ven atraídos como polillas por las luces de Hollywood. Sin embargo, hay algo más que simples humanos acechando allí, como la joven actriz Pearl Jones está a punto de descubrir. Cuando su sueño de convertirse en una estrella de cine se transforma en una pesadilla sangrienta, Sweet le da su única oportunidad de sobrevivir, así como el poder de vengarse.

El legendario maestro del terror Stephen King se une al escritor Scott Snyder y al dibujante Rafael Albuquerque para guiarnos a través de décadas de expansión americana y evolución de los no-muertos. Este volumen recopila los cinco primeros números de la aclamada serie Vertigo, con una nueva introducción de Stephen King.

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"Pase sin temor y deje un poco de la felicidad que trae consigo."

 Yo creo que si un vampiro va a cenar a tu casa, es para merendarse a tu familia y mascota y no para alabar la decoración de tu casa y comentar lo difícil que es aparcar en tu barrio. Y Steven King debe pensar algo parecido, porque a la hora de escribir este American Vampire lo tenía claro: los vampiros que molan son los que dan miedo. American Vampire es la primera incursión del rey de las novelas de terror en el mundo de la viñeta. Es cierto que hay otros cómics basados en sus obras, pero nunca había escrito, directamente, el guión de un cómic. Así que si mezclamos los vampiros, el tío que mejor escribe cosas de miedo y cómic, sólo el sello VÉRTIGO (la parte editorial de DC COMICS dedicada a las historias para adultos) podía editar esta historia. El cómic viene firmado por Scott Snyder, creador de la historia y que invitó a Steven King a crear el prólogo. Snyder sabía que los vampiros que los vampiros que llenaban las páginas y las pantallas no eran los mismos que le daban miedo cuando era pequeño, así que decidió devolver al mito ese aura de terror salvaje que tenía originalmente. Contactó con King para aportara su pequeño grano de arena en la presentación de la historia, pero King se lo pasó tan bien escribiendo ese prólogo que decidió escribir parte de la historia él mismo.

 Así, American Vampire nos cuenta la aparición de un nuevo tipo de vampiro para un nuevo mundo. Los rancios vampiros de la tradición europea, con su abolengo lleno de telarañas y carcoma, va ser sustituido por un nuevo tipo de chupasangre más violento, más rápido, más fuerte y con menos debilidades. Un nuevo vampiro para un nuevo mundo. Ahí empieza la historia escrita por King, en el lejano oeste, todavía sin civilizar. Skinner Sweet, un forajido de esos de revolver rápido y lengua afilada se transforma accidentalmente en un tipo de vampiro desconocido. Su historia de violencia y venganza será la que complemente la historia de Pearl Jones, una aspirante a actriz durante la gran depresión de los años veinte que también se verá en vuelta en líos vampíricos.

 Esta original y tremenda historia de terror y sangre tiene a los lápices a uno de los jóvenes más prometedores de las industria, Rafael Alburquerque, que ya ha trabajado en Superman/Batman y Robin (entre otras series) para DC. Su trabajo, dinámico y personal, está muy documentado en cada una de las dos épocas en las que transcurre la historia y si aporta su grano de originalidad a la nueva concepción de vampiro que se presenta en el cómic.

Cláscios DC: Superman y Wonder Woman. En Homenaje a Gene Colan.

 The Phantom Zone (1982), donde Superman se ve las caras con el General Zod, fue una de las primeras miniseries de la historia del cómic y también uno de los primeros trabajos que realizaron para DC Comics Steve Gerber y Gene Colan. Precisamente, Planeta DeAgostini rinde homenaje a este último con un volumen que también incluye el grueso de su etapa en Wonder Woman (1982-1983), donde, con guiones de Roy Thomas y Dan Mishkin, la princesa de las amazonas tuvo que enfrentarse con enemigos como el temible Doctor Psico.

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Que Colan es un genio lo sabe todo el mundo. Y que sus mejores trabajos se realizaron fuera de DC, también. Ya con ver la mala composición de la portada uno puede hacerse a la idea que la edición de este tomo de clásico de DC ha sido, por lo menos, apresurada.

Rendir homenaje a un maestro es siempre premotivo de alegría, especialmente cuando nos encontramos con una edición tan cuidada como ésta (a pesar del terrible diseño de la portada). Además leer estos clásicos siempre viene es una experiencia agradable. Ala edición de este magnífico tomo va a hacer feliz a muchos coleccionistas, aunque no llegará a nuevos y jóvenes lectores (ni por su contenido ni por su elevado precio). Es una lástima que el trabajo que se reúne no sea al más brillante de este genio que es Gene Colan. El dinamismo, la épicas y la grandeza, el arte, la inspiración, la maravilla del trabajo de Colan queda ya atrás en su carrera cuando el genio, con problemas de salud, tomaba los lápices de estos dos personajes.

El cuidado trabajo realizado en Marvel parece torpe y muy pobre en los títulos de DC. Tal vez tendría más sentido que un tomo de homenaje a Gene Colan reuniera su mejor material (señores de Panini, eso va por ustedes) pero a Planeta le honra el detalle de acordarse de los maestros que han hecho grande este género. Así pues, una edición loable que contentará a lso amantes de lso clásico. Una muy buena iniciativa de Planeta que ha hecho su mejor esfuerzo con lo que tenían a mano.

Brave and the Bold de J. Michael Straczynski

J. Michael Straczynski, afamado guionista conocido por su trabajo en televisión y por su innovadora aproximación a personajes de cómic ya clásicos, se une a nuestro compatriota Jesús Saiz para contemplar el Universo DC bajo un nuevo prisma: un lugar donde hasta los excluidos pueden devenir héroes y donde los héroes de siempre –de aspecto imponente gracias a los pinceles de Saiz– libran sus más duras batallas lejos de la mirada agradecida de sus conciudadanos, en el fondo del océano, en una guerra que tiempo atrás se ganó, en un planeta totalmente yermo o bailando un último baile.


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No sé si la popularidad de Straczynski o la de Saiz justifican la edición de este tomo. Es cierto que el guionista con el nombre más difícil de escribir del mundo e la viñeta es un profesional con estupendos trabajos, pero también es cierto que estos número no son parte de esa distinguida selección. The Brave and the Bold es una serie que recoge historias de distintos personajes que comparten una aventura en unas pocas páginas. No se pude decir que de esas páginas, y durante todos los años que ha existido la cabecera, muchas grandes saliesen muchas grandes historias. Este tomo no es una excepción a esa tónica.

No esperaba encontrarme ninguna maravilla ni giro de tuerca al género, pero tampoco esperaba encontrar ese tipo de historias que me hicieran pensar en dinero perdido. La verdad es que son historias pobres, endebles, previsibles, y lo peor de todo, con moralina. Algunas veces, el tono infantil y moralista lleva al sonrojo. Incluso para ser una de las cabeceras de segunda (o tercera) de DC.

Uno de esos ejemplos es una historia de Flash en la que viaja a la Segunda Guerra Mundial y descubre que las guerras son crueles y salvajes. Inmerso en la batalla, se ve obligado a tomar medidas drásticas contra los solado alemanes. “Esto no es un juego y no vale con desarmar a tus enemigos, esto es una guerra”, decide Flash en un momento de giro argumental. Y como con el uniforme de Flash su código moral le impide matar, decide cambiarlo por el de un soldado (fallecido) del ejército americano. Ahora sí, como soldado de mi país ya puedo matar. Si no es para echarse las manos a la cabeza, que venga Straczynski y que lo vea.

No todo en este tomo merece ir directo a la hoguera: existe una aventura que reúne a Aquaman y a Etrigan (tristeza de personajes) y los mezcla con la mitología Lovcraftiana que hará las delicias de aquellos fans de los innombrable y primigenio.

Cierra el tomo la joya de la corona, un relato con Wonder Woman, Zatanna y Bárbara Gordon durante la noche anterior a los acontecimiento de “La Broma Asesina”. Esa sola historia justifica la compra del tomo.

También el trabajo de Jesús Saiz es destacable, muy por encima de lo que estamos acostumbrados a ver en DC, incluso en sus series más punteras. Es un trabajo sólido y de calidad, aunque se pueda echar en falta algo de personalidad. O mejor dicho, que en unas viñetas nos recuerde las personalidad de un dibujante (Carlos Pacheco, sin ir más lejos) mientras que en la viñeta de al lado nos recuerda a otro.

En general, un libro prescindible, sólo apto para curiosos y completistas.

Hellboy. La Cacería Salvaje.

Cuando los gigantes del pasado vuelven a las Islas Británicas, Hellboy recibe la invitación de los antiguos cazadores para unirse a la tradicional Cacería Salvaje, un ritual sagrado en el que ya había participado su padre adoptivo Trevor Bruttenholm. Pero una inesperada traición mete al mayor detective de lo paranormal en una encrucijada mucho más mortal, la de la Reina de la Sangre, hecho que da pie a una de las historias más memorables de la nueva etapa de Hellboy, la que están firmando Mike Mignola y Duncan Fegredo .

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Me gusta Hellboy. Me gusta mucho. Pero desde hace tiempo su cómics venían flojeando. Que si se quedaba atrapado bajo el océano, que si de aquí para allá... Parecía que la serie iba dando tumbos y que no había ningún plan en mente de Mignola para que Hellboy hiciera algo (lo que fuera). Simplemente parecía que se había cansado de machacar al terror primigenio episódico de turno y que tanto el personaje como el autor estaban esperando a que a alguien se le ocurriera una buena idea. Pero me acabo de devorar este tomo y… Puff! A alguien se le han ocurrido un montón de grandes ideas. No sólo es increíblemente bueno, es el mejor tomo de Hellboy que he leído (así).

La historia es alucinante, épica, arregla bastante bien ese bajón anterior en la calidad de la trama y pone sobre la mesa un cambio radical para la trama principal Hellboy. "Y nada volverá a ser lo mismo" que se suele decir en estos casos. El trabajo de Duncan Fegredo es alucinante, y con este tomo, acaba de subir a mi Top 10 de dibujantes (a pesar de ser más Mignola que Mignola). El color de Dave Steward vuelve a ser una maravilla, alejada de fuegos de artificios y efectos artificiales. su trabajo es sobrio, elegante, y le va de maravilla, tanto al potente trabajo de Fegredo como al tono de la historia de Mignola. ¡Es estupendo volver a leer buenos cómics de Hellboy!